Puro Libros Estimulantes una chispa que calentó las almas
26/08/2024
Crónica: Carlos Rolando
“La historia demuestra que siempre fuimos héroes en algún momento de nuestras vidas, pero por una variable no muy clara: al brindis lo hicieron quienes no viven en Córdoba. El desafío está planteado. El líquido para festejar también. Sólo resta estar mentalizado”, cierra una nota que escribí para el Diario Alfil con motivo de la presentación de Tiempo Anfibio. Las últimas tres décadas del Rock en Córdoba, segundo libro que compilé para la Editorial de la Universidad Nacional y que lleva por título Los héroes que alguna vez fuimos.
Con esta frase cerré mi primera participación el sábado, 24 de agosto, en la primera edición de Puros Libros Estimulantes que se llevó a cabo en El Espejo Libros. El Espejo Libros es una histórica librería de Córdoba, un espacio con más de 40 años de historia en donde confluyen, en una alquimia extraña, la academia, la bohemia y el under cordobés.
El Espejo Libros es un lugar mágico en donde libros y personajes de Córdoba, junto a visitantes de todo el mundo, se reúnen a diario entre textos de psicoanálisis, las más novedosas teorías filosóficas, novelas de sellos independientes, clásicos y plaquetas de poesía o bellos libros-objeto de pequeñas editoriales.
En esta ocasión, el Día del lector fue la pequeña chispa para encender un fuego dónde poesía y música calentaron las almas de lectores y escuchas ávidos de actividades dónde sentirse parte, sin tener sobre sus espaldas el poder de la industria o del estado. Un grupo de quijotes que navegan contra la mediocridad imperante en el circuito, conjugaron verbos de acción para darle forma a este evento. Como el rock, dónde muchas veces, los decesos de líderes de bandas o desgracias gestaron nuevos nacimientos de nuevos sonidos, nuevas tribus y nuevos públicos, acá sucedió lo mismo. El primer encendedor mostró la llama en el Parque Sarmiento, en un domingo helado, dónde los trabajadores de los SRT, el multimedio de la Universidad Nacional de Córdoba, hacieron un festival para poner en conocimiento de la sociedad el momento difícil que están a atravesando. En ese lugar, mientras la tristeza se mezclaba con el viento que helaba los huesos, una pequeña sensación de calor empezó a correr por algunos cuerpos. César Cuello daba a conocer esta idea. La misma había sido transmitida a través de un mensaje de WhatsApp de Daniel Miraglia. Una especie de Tiny Desk hecho a la cordobesa. Posteriormente empezó a tomar fuerza después de un encuentro con Íbero Martínez, el alma mater de El Espejo. Cuando las palabras son bien utilizadas en una conversación y adquieren el verdadero sentido, las mismas pasan del abstracto a lo concreto.
Fernanda Álvarez y Analía Bonifay leyeron poesía, CrisCurt y Estimulantes aportaron la música y quien escribe este texto, como compilador o escritor de libros de rock, cumplió el rol del periodista que pone en el mercado la materia prima que alimenta a las librerías. Charly fue el encargado de hacer los tragos para el brindis final. Graciela Venturini, actriz, politóloga que vino como público con un libro abajo del brazo terminó también formando parte de la grilla y Sandra Peralta se sumó como MC.
Faltaba el broche final, el de los héroes anónimos que no son los que describe la canción de Metrópolis. Por eso, merecía una presentación acorde:
“Estaba con el Lodi, no había nada para comer, así que salimos a comprar unas costeletas, un poco de pan, un kg de papas y una damajuana de vino. A las 10:30 de la mañana, destapamos la quirquincha y empezamos a beber y a improvisar. A la 1 del mediodía cuando vamos a comer, no había más vino. Estábamos nosotros dos y Carlitos, un chico que nos ayudaba con la cocina y nos hacía los mandados, pero no tomaba. En síntesis: el lodi y yo nos habíamos tomado una damajuana de 5 litros de vino blanco. Loco: ¿Quién se ha tomado todo el vino? Acá comienza la canción.
No sé qué pasa en esta ciudad. No sé qué pasa, no puedo entender. Me muero de sed. Adónde voy a comprar un vino a la una y media de la tarde. La damajuana está vacía y esta ciudad parece un desierto y aquí no voy a poder tocar rock and roll sino sacio mi sed. Cómo voy a tocar rock and roll. Y ahí salió”, dice una parte de la entrevista a Jorge Cueto, el autor de Quién se ha tomado todo el vino, canción que popularizó Carlos “La Mona” Jiménez, publicada en Tiempo Anfibio. Las últimas tres décadas del Rock en Córdoba.
Jorge Cueto junto a Estimulantes hicieron una versión blusera rockera de este tema que suena en todas partes del mundo.
Lo que terminás de leer es una breve crónica de un sábado que para los que se dieron cita a esta primera edición de Puros Libros Estimulantes, no fue un sábado más, el que ocupa el sexto día del calendario. Su presencia fue el granito de arena para el germinador que espero convierta esta semilla en frutos.
📸 Ph: Natalia Romero