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Strange Fruit - OYR

“Strange fruit” y el reclamo por los derechos civiles

06/06/2020

Popularizada por Billie Holiday e inspirada por dos linchamientos en Indiana, “Strange fruit” fue el primer golpe certero de la canción protesta que alcanzó al gran público en Norteamérica. “Fue una declaración de guerra, el comienzo del movimiento por los derechos civiles”, dijo el dueño de Atlantic Records.

En el libro, 33 revoluciones por minuto: historia de la canción protesta,  el periodista británico Dorian Lynskey piensa que “Strange fruit” no fue la primera canción protesta de la historia, pero sí la que impactó primero en el mundo del espectáculo. Según el también colaborador de The Guardian: “Antes de eso las piezas reivindicativas se circunscribían al ámbito de los mítines, las huelgas o las fiestas sindicalistas, pero nunca entraron en el masivo escenario de la cultura popular”.

 

Cuenta la historia

En el caluroso agosto de 1930, el sheriff Jacob Campbell y un puñado de sus hombres detuvieron a tres adolescentes afroamericanos en Marion, Indiana.

Según cuenta el historiador James H. Madison en el ensayo “A Lynching in the Heartland”, James Cameron —de 16 años—, Abraham Smith —de 19— y Thomas Shipp —de 18 años— fueron acusados de violar a Mary Ball —de 19 años— y de atacar a su novio Claude Deeter.

Herido de gravedad, el novio fue el encargado de estampar la denuncia. Deeter dijo que los tres afroamericanos los habían abordado cuando estaban en su camioneta y que los habían obligado a salir. Luego, violaron a la chica, y a él lo golpearon y le dispararon.

Entre medio, Claude Deeter murió esa misma tarde a causa de las heridas y el Sheriff Campbell colgó su camisa ensangrentada afuera de la estación policial.

Fuera de sí, la multitud comenzó a exigir que las autoridades sacaran a los acusados para hacer justicia por sus propios medios y lincharlos.

El primero en salir, Thomas Shipp, recibió una golpiza hasta quedar malherido y agonizante. Luego, Abraham Smith terminó con los brazos rotos y apuñalado. Los dos cuerpos fueron atados al cuello de manera siniestra y colgados a un álamo frente a la multitud enardecida.

A punto de ser ahorcado, el tercero de los hombres, James Cameron, fue declarado inocente por la chica supuestamente violada: nada había tenido que ver tampoco con la muerte de Deeter.

Más de medio siglo después de los hechos, el gobernador de Indiana, Evan Bayh, exculpó oficialmente a Cameron en 1993, y le entregó las llaves de la ciudad.  Mary Ball confesó, además, que no había sido objeto de violación alguna.

 

Art Strange Fruit - OYR

 

La oscura imagen fue capturada el 7 de agosto de 1930 por el fotógrafo Laurence Beitler en una cruda postal que pasaría a la historia de la música.

“Strange fruit” fue antes un poema. Lo escribió Abel Meeropol, un judío y militante comunista del Bronx, en el diario del sindicato de profesores de Nueva York.

Aunque lo tituló prematuramente de Bitter fruit —fruta amarga—, luego fue modificado por el universal Strange fruit —fruta extraña— acaso porque daba a conocer mejor su violento mensaje.

Meeropol se había inspirado en la cruda imagen de Beitler con los dos cuerpos colgados y una multitud jubilosa.

 

Billie Holiday - OYR

 

Grabando la canción

En sus reuniones con amigos, el profesor arropó al texto con una sencilla melodía y su esposa fue la encargada de cantar para un círculo muy reducido.

Como un secreto a voces, “Strange fruit” llegó a oídos de un trabajador del Café Society, ubicado en el mítico Greenwich Village neoyorkino, donde la voz de la cantante Billie Holiday brillaba en todo su esplendor.

Ante la negativa de Columbia de grabar el tema, por temor a la reacción pública, Billie Holiday cantó “Strange Fruit” a capela para el fundador del sello Commodore, Milt Gabler, quien según el mito se conmovió hasta las lágrimas. El propio Gabler la llevó a grabar su primera versión un 20 de abril de 1939.

 

 

De los árboles del sur cuelga un fruto extraño

sangre en las hojas y sangre en la raíz

cuerpos negros balanceándose en la brisa sureña

extraña fruta cuelga de los álamos.

Escena pastoral del valiente sur

los ojos saltones y la boca retorcida

aroma de magnolias, dulce y fresco

y el repentino olor a carne quemada.

Aquí está la fruta para que la arranquen los cuervos

para que la lluvia la tome, para que el viento la aspire

para que el sol la pudra, para que los árboles la dejen caer

es una extraña y amarga cosecha.

 

 

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