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Encuentro con el #NoIndio

10/02/2020

El sábado 30 de noviembre de 2019, en el Estadio Malvinas Argentinas, unas 13.000 personas,  se dieron cita para colaborar, con Martín Carrizo, baterista histórico de la banda que acompaña al Indio Solari, quien necesitaba recaudar los fondos suficientes para acceder, en Estados Unidos,  a un costoso tratamiento contra el ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica). Esa noche, tocaron Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado y el Indio hizo la convocatoria por sus redes, además de aparecer en Nuestro Amo Juega Al Esclavo, y Un Angel Para Tu Soledad, a través de una pantalla. El resto, es decir, 24 temas, fueron de los Redondos y de la etapa solista del ex líder ricotero.

El 13 de enero de este año, desde su cuenta oficial de Instagram, Indio Solari anunció una nueva fecha de presentación de Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado. El día elegido es el sábado 7 de marzo, en el estadio Malvinas Argentinas, a las 20.30. Pocos días más tarde, se publicitaba una segunda fecha.

El 11 de marzo de 2017, Solari regresó a los escenarios luego de un año, ante más de 200 mil personas, en Olavarría. Esa noche, en la batería, estaba Martín de Pas, un alumno de Carrizo. No hace falta contar lo que sucedió en esa fecha. Pero sí es bueno reiterar una frase:

“Gracias por la compañía y el apoyo de siempre. Sé lo que representa guardarse una platita y dejar de comprar algo o dejar de viajar a algún lugar para venir a verme. Lo valoro, muchas gracias”, dijo el Indio, casi al inicio del espectáculo, que arrancó con Barba Azul vs. El Amor Letal.

 

 

Todos estos datos estaban en mi cabeza, en el momento, de subirme junto a Sandra Peralta, al colectivo que nos iba a trasladar a la ciudad de Santa María de Punilla, sede del Cosquín Rock, que en esta edición festejaba su cumpleaños número 20. Es decir: una sola persona convocaba más que cien bandas y Los Fundamentalistas, tocando en un estadio chico logran reunir más público, que una agrupación consagrada. Es decir: una banda de covers, lo hace. Sin desprestigiar, la calidad de sus integrantes. A medida que el aire serrano, depuraba los pensamientos, la idea se hizo fuerte. Tenía que buscar a ese Indio, saber qué es lo que lo convierte en un ser único en este país.  Por qué la mayoría de sus seguidores, no entienden sus letras, pero cada frase, término, son palabras sagradas y provocan reverencia.

 

 

Inicio de una experiencia, casi religiosa.

Sábado 8 de febrero de 2020 – La Casita del Rock

No había entrado todavía al predio del festival, cuando en la búsqueda del Indio, di en este lugar, con el #NoIndio. Poly, estaba con una remera de Almendra y su fisonomía, era similar a la del ex líder ricotero. Estaba al frente de Aturdidos por el Silencio, una banda de San Jorge, Santa Fé, que estaba brindando un tributo ricotero, a gente que más tarde, iba a ver a Skay, en el festival, pero sentía esas letras que salían de esa garganta con tanta pasión, que después cuando vi al ex guitarrista de los Redondos, lo percibí frío porque la magia no era igual.

 

 

En La Casita del Rock, pasé la mayoría de mis horas en Santa María de Punilla. Fue como cuando después del concierto de los Redondos, en la cancha de Racing, hicimos una fiesta en la casa de un periodista amigo de la Capital Federal, por haber sobrevivido a ese concierto. La previa, también había sido en el hogar, de otro colega. Acá no había que festejar. Lo que no quería perder, era esa magia, esa mística, ese olor a rock, que mi cuerpo percibió en ese momento y que cuando esto sucede, hay que absorber lo máximo que se pueda, porque es una inmunización para lo que viene.

Cuánto cuesta ser la banda nueva

En el recorrido por la calle dónde están todas las carpas de merchandising y puestos de comida, me encontré con Perro Suizo, una banda de Rosario, que también estaba brindando un concierto, muy al palo, sin embargo no era lo que buscaba.

 

Perro Suizo - OYR

 

 

 

Pero en ese breve peregrinar, hacia el predio, sonó:

… ¿Y cuánto vale tu estómago crispado

y tus narices temblando por el miedo?

¿Y cuánto vale todo lo registrado

si el sueño llega tan mal que te condena?

¡Vamos las bandas, rajen del cielo!

¿Y cuánto valen satélites espías

y voluntades que creés haber sitiado?

¡Vamos las bandas, rajen del cielo!…

Fue como una premonición Vamos las bandas, dije. El Indio nunca pensó en la fama que podía conquistar, tampoco en las causas judiciales en su contra, por las muertes en los conciertos, como así tampoco, vivir sitiado, es decir, entre paredes, porque cada vez que sale de su casa, se genera tanto alboroto que la única solución que encontró, para lograr algo de anonimato, es pasar buena parte de su tiempo, en ciudades del extranjero.

…¿Y cuánto valen todas tus enfermeras

y tus temblores de moco super-caro?…

Allá por 2016, justo antes de empezar su show en Tandil, el Indio Solari habló con sus fans sobre un rumor que aseguraba que padecía una grave enfermedad. “Anda circulando una versión en Internet de que estoy enfermo y es verdad… Míster Parkinson me anda pisando los talones”.

Hace poco, volvió a referirse a esta cuestión con un contundente mensaje que el cantante mostró en su cuenta de Instagram: “Fuck you Mr. Parkinson!”, escribió junto a una postal en la que se lo ve haciendo el gesto de la mala palabra de su frase, con la mano.

Pensé en la muerte, en lo que podía sentir, esa multitud que lo venera. Pero por suerte, esa idea, se me fue rápido. Justo Divididos estaba haciendo explotar el predio con Crua Chan, un tema de Sumo. Eso me trasladó brevemente a Luca Prodan. Más tarde, viendo a Skay, digo: “cómo suena, pero la mística, la tiene Solari”. Ya lo dice El Pibe de los Astilleros: “…ciertos reyes, no viajan en camello, ellos andan el tranco del amor. Esos tipos soplan con el viento, al rebaño y su temor”. Quizás el Indio entendió a su público y Skay no. No tengo la respuesta, por eso la búsqueda continúa.

Un cuadro

En uno de los tantos puestos que vendían objetos ligados al rock, uno llamaba la atención. Era un cuadro del Indio.

Pintura del Indio y artista Carina - OYR

 

 

 

Antes de entrar al predio

Había que tomar algo más, porque adentro la cerveza costaba 340 pesos, más cien pesos del vaso, que después te devolvían, si lo entregabas luego de usado. Y en el lugar, nuevamente los Redondos:

Son por acaso ustedes, hoy un público respetable?

Pueden acaso beber el vino por ustedes envasado?

Puede alguien decirme? Me voy a comer tu dolor!

Y repetirme – voy a salvarte esta noche!

Que el infierno está encantador

este infierno está embriagador!

Esta noche está encantador!

tu infierno está encantador, esta noche!

Por qué no dejás de pensar

en labios que besan frío?

para cerrar un ojo y ver

cuántos cuernos tiene el diablo

Puede alguien decirme? Me voy a comer tu dolor!

Y repetirme – voy a salvarte esta noche!

 

No pude contestar las preguntas que plantea El Infierno Está Encantador Esta Noche. Pero tenía una respuesta: la noche estaba encantadora.

 

Texto de Carlos Rolando. 

Edición Sandra Peralta #UnaChicaSinAcreditaciónAlCR20

 

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