#CR18 – Día 2
12/02/2018
Por Carlos Rolando.
A diferencia del primer día, en el que mi crónica se basó en cada escenario, esta vez, la misma va a consistir en un pantallazo de lo que aconteció en este día, porque la lluvia hizo que se hiciera difícil transitar con total libertad, porque había zonas con barro y no era rock tener desde temprano los pies mojados, o húmedos. Había que llegar hasta la noche porque los Ratones Paranoicos y The Offspring merecían toda la atención.
Entrando en calor
Por eso, para calentar motores y para sacudir la modorra de un domingo nublado, con amenaza de precipitaciones, nada mejor que ir al escenario temático para ver Los Antiguos, una banda que tendría que haber estado el sábado en el Quilmes Garage, para que los que nos dimos cita en ese lugar, la mayoría del tiempo, estemos en estos momentos en una clínica para que un neurocirujano nos suture el cerebro por la voladura de música, pero no se puede conformar a todo el mundo y menos al que escribe. Si con Los Antiguos no te empezó a hervir la sangre, es porque necesitás que un médico te solicite un chequeo. Después de Los Espíritus, venía Viticus, pero había que ir hasta la sala de prensa, porque Fernando Ruiz Díaz, iba a presentar Vanthra y de paso anunciar que Catupecu Machu sigue, que está en un impasse. Por suerte, en los dos días del festival, los horarios se respetaron al mejor estilo inglés, algo poco usual en Argentina, así que el ex bajista de Riff, merecía que le gritara “que sea rock”. Lo de Viticus, es ideal para un festival. No importa la edad que tenga el público, ese rock cuadrado, ese golpe de bombo pegándote en el hígado, hasta el knock out, hace que sea una banda para ver siempre. Encima las letras, te hacen creer que estás en la ruta, que llegás a un bar y la chica más hermosa te dice que se quiere ir con vos. También tiene temas de rupturas y los clásicos de Riff, que en mi caso, que no poseo auto, me agarran unas ganas de tomar prestado uno, para ir al asfalto y acelerar mientras desde el reproductor suenan “Mucho por hacer” y “El Forastero”.
Para que no se enfríe el cuerpo
Vanthra tocaba a las 20 hs, por eso, había que estar atento al reloj, pero eso no fue impedimento para pasar por el Quilmes Garage para ver Los Pibitos, una banda que mezcla hip hop con funk. Una excelente elección para bailar, ver chicas producidas e intentar tomar la primera cerveza del día, pero eso tuvo que esperar porque la concurrencia desbordaba el lugar, por ende, desde afuera y en un breve silencio, desde el escenario principal, venía el sonido de Residente, hablándole al público sobre la industria de la música, las redes y todo lo que tenga que ver con ese maldito sistema llamado capitalismo, que él dice combatir, sin darse cuenta de que no sólo lo alimenta sino que forma parte y vive de él. En el momento que el ex Calle 13, terminaba con esa proclama y empezaba a cantar “Calma pueblo”, Los Pibitos sin tanta demagogia ni discursos, hacían una poderosa versión de “La Rubia Tarada” de Sumo.
Volviendo al Espacio Geiser
A las 20 horas, Vanthra se hizo presente sobre el escenario del Espacio Geiser. Un Fernando Ruiz Díaz sin la misma excitación de cuando está al frente de Catupecu, se dedicó a tocar y a cantar canciones que están inspiradas en su hija. El uso del bombo legüero, del que tanto hicieron incapié en la conferencia de prensa, ya fue utilizado por Federico Gil Solá (ex baterista de Divididos) y Gustavo Cerati grabó “Sulky”, corte del disco “Siempre es Hoy”, con “Domingo Cura”, por lo tanto, no es ninguna novedad.
El momento llegó.
Antes de comulgar, uno tiene que confesarse, por eso, nada mejor que escuchar la palabra de Juanse en la conferencia de prensa. Una vez que eso sucedió, solo quedaba esperar que los Ratones se hicieran presente sobre el escenario principal. “Rock del pedazo”, “Ceremonial en el hall”, “El vampiro”, “El centauro”, “La nave”, “Sucio gas”, “Cowboy”, “Isabel”, entre otras y el famoso: “Ayúdenme con esta, por favor, que no me la acuerdo”, ruega Juanse, y las gargantas cerradas por el frío se abrieron para cantar el “Rock del gato”. Los Ratones se presentaron con una sesión de vientos, un pianista y dos coristas que estaban acompañadas por Gori de Fantasmagoria.
Había que tomar una cerveza, había que brindar por el rock, pero una breve llovizna decía acá estoy, en la previa de The Offspring, por suerte, fueron unas pocas gotas, como para atenuar la llama porque lo que iba a venir, iba a ser de alta temperatura, que ningún traje de amianto aguanta. La banda que comanda Dexter Holland se hizo presente sobre el escenario y fue una descarga de adrenalina que los presentes no alcanzaban a absorber porque venía en demasía. “You’re Gonna Go Far Kid”, “All I Want”, “Come Out And Play”, “Prankster”, “Want You Bad”, “Why don’t you get a job?”, “Americana”, “Pretty Fly”, “Kids Aren’t Alright” , “Self Esteem” y otras menos conocidas que fueron vitoriadas como si sonaran todos los días en la radio. El cantante Noodles, el segundo más conocido del grupo, bendijo a todos con: “Uds. son gente sensual y veo que se cuidan entre ustedes. ¡Estoy seguro de que esta noche van a tener sexo!”
El mensaje final
“Si el rock pretende ser verdaderamente revolucionario, tendrá que abrazar al feminismo y no hay feminismo sin putas”, dijo Eli Suárez en un pasaje del show de Los Gardelitos. A continuación, el cantante invitó a subir al escenario a María Riot y Georgina Orellano, dos trabajadoras sexuales integrantes de la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (Ammar). Mientras en las pantallas se veía un cartel que decía “vamos con las putas, nunca con la yuta”, las dos mujeres leyeron un contundente texto.
Si bien, hubo mujeres sobre los escenarios de este Cosquín Rock 2018, uno de los grandes déficits que tiene el rock es la poca presencia femenina liderando bandas o como solistas. Hay, no es que las mujeres, no hagan rock, sólo falta que los medios y los productores les den más visibilidad para que puedan estar presentes. Si bien el rock es machista, los tiempos han cambiado, el que no piense así, que vaya buscando otro estilo de música.