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CR24 - Día 2 - portada - OYR

#CR24 Día 2: políticamente correctos

12/02/2024

Después de un primer día de agitación en X y en los escenarios con Lali y Dillom, el segundo día fue como el arco iris que sale después de una tormenta. La lluvia demoró el inicio en algunos escenarios, pero a pesar de este inconveniente, el festival es un relojito. Se acomodaron las agujas y el mismo terminó a la hora establecida.

Muchos hablaban del concierto épico de El Bordo bajo la lluvia. Como no lo vi, no puedo opinar. Aplausos por la banda que salió a bancar los trapos cuando una lluvia torrencial caía sobre el predio y en algunos lugares de la provincia.

Volviendo a la música, es menester destacar el gran concierto que hicieron Los Decadentes en el Día 1, algo que quedó relegado en la primera jornada, por las polémicas,. No puedo creer que hayan hecho varios discos de versiones de bandas argentinas y latinoamericanas teniendo entre sus filas a Jorge “El Perro” Serrano, creador de una de las canciones más lindas que tiene el rock argentino: “Un osito de peluche de Taiwan”.

Cito a la banda que lidera Cucho para hablar del glamour que le falta a muchos de los integrantes de las bandas argentinas que pisaron el escenario del Cosquín Rock. El exceso de peso de Parisi y muchos más, como ir a tocar con la misma ropa que estaban usando en su casa, es una clara señal que ya tocan de memoria y sin sangre. Las bandas inglesas y americanas cuando salen de gira, hablan de semanas de trabajo. Acá, para muchos, es lo que rompe con su rutina. Un poco de actitud, a la hora de vestirse. No significa, vestuaristas como tienen algunos integrantes de la nueva generación. Simplemente, reivindicar a esas fotos de bandas de rock, dónde uno quería tener la remera, el jean o las zapatillas que usaban esos artistas.

 

Cucho Parisi - OYR

 

Hablando de postura, es arrolladora la presencia de Slash en el escenario. El guitarrista de los Guns además de trabajar duro en su rol de guitar hero, también hizo lo mismo con ciertas posturas que lo diferencian de otros ejecutantes de las seis cuerdas. La banda sonó increíble, tiene sobre sus espaldas un gran número de festivales similares a éste y el tipo se la banca: no toca la clásica, “una que sepamos todos” de su antigua agrupación.

 

Slash - OYR

 

Después de Slash vinieron Las Pelotas, banda que tiene asistencia perfecta en el Cosquín Rock. Es hora de la renovación completa en este festival. Ciro, Skay, Divididos, Las Pastillas y otras tantas más, incluida la que lidera Germán Daffunchio, ya cumplieron su ciclo. Suman público, pero la nueva generación, la que se caga en mi opinión, quiere ver artistas como Milo J, YSY A, Duki y Usted Señalemelo, para citar algunos nombres.

 

Las Pelotas - OYR

 

Catupecu es otra de las bandas que ya cumplió su ciclo. La arenga permanente de Fer Ruiz Díaz a saltar, a poguear se hace monótona. El rock es música, no lucha libre. Encima y volviendo a los looks de ciertos músicos, logró el auspicio de Quiksilver, una marca de ropa dedicada al surf, al snowboard, es decir a los deportes extremos. Nada que ver con el espíritu que transmite la banda desde arriba del escenario.

 

Fer Ruiz Díaz - OYR

 

Hablando de mar, el que la vio antes que todos fue Perry Farrell, el productor del Lollapalooza, alguien que si sabe de surf. Llevó a Damas Gratis a las ediciones de Buenos Aires y Chile. La banda que comanda Pablo Lezcano, da la sensación que estás escuchando surf music. La guitarra suena atmosférica, ese sonido bien surfer, que te hace imaginar estar parado en una tabla sobre una ola. Los chetos, traperos y rolingas movieron y vitorearon sus brazos a modo de reverencias hacia los músicos que estaban sobre el escenario. Damas Gratis, fue la banda del #CR24. L-Gante en muchas de las entrevistas que le hicieron habló maravillas de Pablo Lezcano. La nueva generación, la que está hoy llenando estadios, caso Wos, Duki, crecieron escuchando a esta banda. Lezcano, el inventor o precursor de la cumbia villera, tuvo la inteligencia en los 90, cuando la política neoliberal del expresidente Carlos “Primero de Anillaco”, dejó un gran número de gente desempleada que al momento de ser indemnizada pensaba que tenía medio millón de dólares en sus manos, porque estábamos en el 1 a 1, se compraba un auto, se iba a Camboriú (Brasil), volvía y terminaba viviendo en una villa porque se le había evaporado el dinero, de ponerle la banda de sonido a eso que acabo de describir. Vio en los raperos americanos la forma de vestir y empezó a implementar una vestimenta similar. No solo puso la música, sino también la ropa. Sumado a la aparición de 2 Minutos, con Valentín Alsina, este gran disco de punk barrial. Después apareció Viejas Locas y los rolingas, punks, cumbieros y fumancheros se agruparon en el templo del señor Lezcano. Es decir: unió las aguas.

 

Pablo Lezcano - OYR

 

En el kiosco que usé para aprovisionarme estaba puesta una radio que transmitía el #CR24 y los locutores a cargo de contar lo que pasaba en el predio daban los nombres de los colegas que habían estado en la misma. Dos de los nombrados, fueron Mariana y Fran, no digo los apellidos, para no incinerarlos, pero de rock no tienen nada, como tampoco de información. Es decir: es el nuevo periodismo, el que va a su lugar de trabajo a leer lo que los oyentes les mandan. Una de las grandes cosas que se perdió en el #CR24, como en otras ediciones, la carpa de prensa. El termómetro que marcaba la temperatura de como se iba perdiendo el crítico de rock, el que con preguntas incisivas incomodaba a los músicos y los sacaba de su zona de confort. A la vez, esos mercurios indicaban que el rock argentino dejaba de ser exportador para ser solo local. Las bandas giran por países vecinos, van a Europa, pero solo tocan para argentinos y latinos que viven en esos lugares. La clara señal, es lo que se vio en el #CR24. Subió Molotov, una banda que, en otros festivales, es una más y le ató los botines a bandas argentinas que creen que en la arenga y en el “sin Ustedes nosotros no somos nada” radica gran parte de su éxito festivalero. Los frijoleros también dejaron en claro que “la patria no se vende, hijos de su puta madre”. El pueblo: Gimme the power.

 

Molotov - OYR (1)

 

Volviendo al periodismo de rock, con la monopolización de las transmisiones televisivas por parte del Bebe Contepomi, el mismo puso el cartel de defunción. “Todas las bandas estuvieron geniales”, “que gran concierto” y un gran listado de sinónimos y adjetivos calificativos que se vuelven empalagosos para el oído. Encima, el resto, quieren ser originales, haciendo tonteras con los entrevistados.  El periodismo de rock, tiene que interpelar y poner en contexto lo que está sucediendo en eventos como éstos, como así también no ser tan contemplativos, ni tener la idea descabellada de ser amigos de los músicos. En un tiempo pasado, esa complicidad entre periodistas y músicos, terminó en Cromañón.  Se celebraba el ritual de banderas, bengalas y el color de esa comunión. Pensé que, entre las cenizas de ese lugar, quedaba sepultado, el famoso rock chabón. Pero resucitó y sigue teniendo público seguidor.  Caras Extrañas es el claro ejemplo de lo que acabo de describir.

Hasta el próximo festival, siempre. Como decía Lester Bangs, un gran crítico de música que ya no está entre nosotros, “si me ven por la calle, invítenme una cerveza”. Yo le agrego: ah! y hablemos de cualquier cosa, menos de música.

 

Texto: Carlos Rolando

Edición: Sandra Peralta

 

 

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