Resistiendo al culiadazo escuchando rock
04/06/2024
Pensamientos sobre el rock y Córdoba
Córdoba es la cuna de los festivales, y tiene el único de rock, que logró superar las 20 ediciones. Pero siempre estamos enojados con la programación o con el productor. Bandas que en algún momento sonaron fuerte en Buenos Aires y Latinoamérica, en su lugar de origen no llegaban a reunir a su familia en un concierto. Siempre existió la famosa idea de que, si no estás en Buenos Aires, no hay futuro. Los Bichos vivieron en Capital Federal, los vino a buscar Billy Bond después de haberlos visto en un reducto, y fueron la banda principal de La Cueva, el lugar dónde la historia dice que se gestó el rock argento. Pero fisuraron y se volvieron. Entonces aparece la gran pregunta: ¿somos vagos? Es decir: no aguantamos el ritmo que impone estar en las grandes ligas. En algunos momentos busqué esta respuesta, en la cantidad de equipos de fútbol que tiene Santa Fe en la máxima división y cuántos Córdoba. La suma hacía ganadora a la vecina provincia. Y mi estado de ánimo se exasperó cuando recordé que Juan Carlos Baglietto, en el inicio de su carrera, jugaba de local en Córdoba y no en Rosario. Será porque no tenemos mar, pero si montañas y ríos, lo que nos hace ver el más allá y no lo nuestro. Crecí en San Francisco, Córdoba, una ciudad que no tiene ni río ni mar, pero tiene un espacio público que bautizaron “costanera “. Pero yo viví poco en ese lugar, porque mi secundaria la hice en Santa Fe donde era frecuente ir a la “verdadera costanera”, a escuchar música y a tomar el famoso barril de chop. Algo que después observé, cuando tuve la suerte de viajar y ver, que los estadounidenses hacían lo mismo. Es acá cuando me pregunto: por qué los Ramones tocaron en Rosario y no en Córdoba?. Ah!, los Ramones son de Nueva York, metrópoli que tenía el mítico CBGB, pero acá está Casa Babylon, reducto que aún continúa sudando rock, mientras que al otro lo destruyeron y en su lugar abrieron una tienda de John Varvatos, es decir, un lugar dónde el under no vive, porque Varvatos es ropa para hombres de alto poder adquisitivo. Pero fue en Nueva York, dónde Néstor Latorre se inspiró para abrir Hangar, un lugar que fue vanguardia en nuestro país, no sólo en materia de música electrónica, sino también para darle lugar a lo que en este momento se conoce con la sigla LGBTIQA+.
Hoy no importa en la ciudad que vivas, el rock perdió la magia en el momento en que los recitales o festivales se convirtieron en un evento social. Es decir: el escuchar música se convirtió en algo secundario para pasar a ser un lugar de encuentro de amigxs, el de la famosa selfie para decir yo estuve o el venirse con el merchandising, que te diera esa señal de pertenencia a un mundo que cada vez fue introduciendo variantes en materia gastronómica y comodidades que en ciudades de Europa o Estados Unidos incluyen cabañas con piletas, cercanas al escenario, para que vos puedas disfrutar del concierto.
Y la pregunta es: cuál es el futuro del género?
Ya lo escribió el Indio Solari en 1987: “El futuro llegó hace rato… veámoslo un poco con tus ojos… El futuro ya llegó…llegó como vos no lo esperabas…”. Dieciséis años más tarde, el Pity Álvarez cantaba: “Los chicos saben dónde está la acción/ Se están preparando mientras baja el sol / La banda que les gusta se presenta hoy / Chicos y chicas quieren rock / quieren rock…”. A pesar de que muchxs piensan que el rock está muerto, el rock está en constante evolución y vive en cada uno de nosotrxs.
En el 71, los Led Zeppelin en “Rock And Roll” cantaban: “Hace mucho que no bailo el rock and roll/ Hace mucho que no me doy una vuelta por ahí / Oh, déjame recuperarlo, déjame recuperarlo / Déjame recuperarlo, nena, del lugar del que vengo/ Hace mucho tiempo, hace mucho tiempo / Hace mucho tiempo y he estado muy, muy solo/ ¡Ya lo creo! …” .
Pensando en crítica rock
Rock como arte no es lo mismo que música que no puede ser respetada.
El rock tiene grandes verdades.
La Crítica: tiene que estar movida por la pasión. Un crítico es un fan consciente o auto-consciente.
El crítico está entre el fan y el pensador. Talla una experiencia sensual, de sentidos.
¿Cómo veo la escena cordobesa?
No la veo porque no la quiero ver. Cuando la veo me da bronca y siempre llego a la conclusión de que por algo ganaron Mestre, De la Sota y se convirtió en la cuna de la derecha. De esto se desprende que siempre están los mismos que a la vez les dan una mano a los amigos de estos mismos y así sucesivamente. Por ende nada cambia. Encima, todos te exigen, todos quieren, pero nadie aporta.
Reivindicando al gran Lester Bangs
LB: “Quizás lo que este libro demande para el lector sea la voluntad de aceptar que el mejor escritor de los Estados Unidos fuera alguien que hacía reseñas de discos”. Estas son palabras de Greil Marcus en el prólogo de Psycotics Reactions and Carburator Dung, antología de notas escritas por Lester Bangs.
CR: Por ende, detrás de lo que parecería que son reseñas inocentes de discos de rock, hay distintas maneras de mirar el mundo.
LB: Últimamente he notado una nueva arruga en el paisaje americano: parece que hay una nueva generación de chicos, cada uno más joven que el anterior, todos los cuales viven, respiran y sueñan con un solo deseo: “¡Quiero ser un crítico de rock cuando crezca!”
Si eso suena condescendiente, quiero que se sepa que yo una vez fui como ellos; la única diferencia era que cuando tenía esas aspiraciones, el campo estaba relativamente desocupado.
CR: Hoy no sería instagramer, youtuber o influencer. Sigo siendo periodista de rock y a the new generation reitero lo que decía Bangs: “está tan excedido que la última cosa que alguien debería considerar hacer es entrar a este fraude organizado. En primer lugar, no se paga bien y no lleva a ningún lado en particular, por lo que no importa cuán famoso seas en esto, eventualmente tienes que decidir qué vas a hacer con tu vida. En segundo lugar, es básicamente un fraude, y no uno particularmente glorioso”.
LB: “Es casi seguro que no vas a tener sexo. Los críticos de rock están empezando a tener groupies de algún tipo, pero la mayoría son los aspirantes a críticos de rock más jóvenes… No te vas a hacer rico: la revista que paga más caro de la prensa dedicada al rock da treinta dólares por crítica, y la mayoría de las otras paga menos que eso. Por lo que nunca vas a poder ganarte la vida con esto. Nadie se te va acercar en la calle y te va a decir “Oye, ¡te reconozco! ¡Tú eres Jon Landau! Hey, la última crítica estuvo increíble. En realidad, mucha gente te va a odiar y va a pensar que eres un idiota pomposo sólo por expresar tus opiniones, y te lo van a decir en la cara”.
CR: Las incoherencias vertidas en este fanzine, son producto de tanto autosatisfacerme. El periodismo de rock nunca me dio mujeres ni reconocimiento. Sí momentos irrepetibles que cambiaron mi forma de ver el mundo.
Los textos de Lester Bangs forman parte de How to be a Rock Critic & Here’s How. A Me- gatonic Journey with Lester Bangs.
Intentó escribir y pensar: Carlos Rolando
Correcciones gramaticales sin opiniones: Matías Lapezzata
Diseñó pensando más en el bolsillo que en la creatividad: Marco J. Lio
Dio el visto bueno para esta publicación: Sandra “The Boss” Peralta
Sacate la Gorra es un fanzine que se reparte en disturbios y movilizaciones. La mayoría de la gente lo lee en otrasyerbasrock.com